viernes, 3 de marzo de 2017

BACILLUS SUBTILIS= LONGEVIDAD

¿Quién no quisiera ser inmortal o, en todo caso, vivir muchos años? 
Parece que es posible. 

Se comprobó que una bacteria (bacillus subtilis) prolonga la vida. El experimento científico arrojó el sorprendente resultado de llevar la vida de un gusano que, habitualmente era de 20 días, a ¡30!. El 50% más. Y, (al decir de los vendedores callejeros) "como si esto fuera poco", el gusano llega a su último día de vida (el día número 30) con la misma vitalidad que tenía a los 15, o sea, muere mas sano, vital y "joven". Este gusano nematodo utilizado en el experimento, llamado Caenorhabditis elegans, según los especialistas, posee las mismas vías regulatorias que el humano.
Obviamente, sino no habría noticia, la "bacteria de la longevidad" puede ser consumida por el hombre sin contraindicaciones. Por otra parte, todo indica que el efecto que produce en el humano es similar al que produjo en el gusano, dado que ya es consumida con bastante asiduidad en pueblos asiáticos que ingieren algunos vegetales que naturalmente la poseen y la vida de la gente en estos pueblos es considerablemente más extensa que en el resto del mundo, a pesar de que no ingieren la bacteria metódicamente en una dosis diaria constante, sino solo al comer estos vegetales algunos días a la semana.

Roberto Grau, (de baba entrecana, camisa clara y pantalón gris) junto a su
equipo, en el subsuelo de la sala 9 del Hospital Centenario de Rosario.


La Bacillus subtilis puede proteger contra las dos principales causas de muerte en el ser humano. Una: las enfermedades. Dos: el envejecimiento de células, tejidos y órganos.

Si los resultados son los esperados y calculados, (y todo indica que así será) el humano, en lugar de vivir, como hasta ahora, entre 75 y 85 años promedio, según la expectativa de vida de cada país, vivirá aproximadamente entre 115 y 130 años, y con la vitalidad que actualmente tiene una persona de 60.
Existe el viejo preconcepto del menosprecio por vecindad. ("que va a ser bueno -en ciencia, en deporte, en política, o en lo que fuera- si es vecino mío"). Entre mis 8 y y mis 12 años de edad me lo pasé yendo una vez por semana al subsuelo de la sala 8 del Hospital Centenario de "mi" ciudad, Rosario. La acompañaba a mi mamá que estaba tratándose de su alergia y de su asma. El Doctor Roberto Grau, (el investigador de la "bacteria de la longevidad") trabaja todas las tardes, pared de por medio con ese lugar, en el subsuelo de la sala 9 del mismo hospital, camina por esos mismos pasillos que yo transité de niño, sube por las mismas escaleras... Es obvio que el orgullo que uno siente por pertenecer a la misma raza de alguien que es capaz de producir tamaño descubrimiento, capaz de cambiar el curso de la humanidad, se potencia si ese alguien es de su misma ciudad y, más aun, tras la breve anécdota con la que comienzo este párrafo. El orgullo que siento no solo no cabe en mi, sino que es mas grande que la galaxia. Y ni hablar de la emoción que me produce pensar que mis hijos puedan vivir 40 años más de lo que hasta hoy yo imaginaba.
Estuve dialogando personalmente con Grau, que además es investigador del Conicet, y con algunos miembros de su equipo. Me dejó la impresión de ser una persona sumamente humilde. 
Entre otras cosas, Grau me decía que la bacteria no requiere refrigeración y, gracias a su espora, es resistente a condiciones ambientales desfavorables. Además, y esto es sumamente importante, me afirmó que esta bacteria probiótica puede incorporarse a los alimentos fácilmente, sin alterar su sabor, lo cual permitiría un consumo diario regular, metódico y en la dosis adecuada, o sea, una ingesta similar a la de un medicamento, pero a través del consumo de yerba mate, café, leche, galletitas, o algún jugo, (por citar algunos de los tantos posibles ejemplos) enriquecidos con bacilo subtilis. Así como actualmente la industria alimenticia nos provee leche enriquecida con vitaminas y minerales, salsas preparadas sin gluten, aceites con omega 3 y 6, yogures con aditamentos diversos, etc., podría incorporar este probiótico a los alimentos de consumo diario y masivo. 
Para que esto suceda es necesaria la aprobación de la ANMAT y la voluntad de las empresas dedicadas a la elaboración de productos alimenticios. Según Grau esto podría ocurrir transcurridos un par de años. Si es así, (ojalá la burocracia y las decisiones políticas no dilaten los tiempos) no falta tanto.
Lamentablemente, unas cuantas personas que no merecerían estos beneficios también van a gozar de ellos, que se le va a hacer... Sería imposible ocultarles la noticia.
Los resultados que arrojó la investigación que el científico Roberto Ricardo Grau y su equipo finalizaron recientemente, sin dudas, pueden cambiar el curso de la historia de la humanidad. Es obvio que un humano viviendo 120 años y con vitalidad hasta el fin de sus días podría hacer muchas más cosas que actualmente. Ser testigo y protagonista de más años de avance en todo lo que hace el humano. Ser, durante más años, útil a la humanidad y a si mismo. Tener más tiempo para, quizás, abrazar más de una profesión en su vida, dedicarse a cosas que le gustan y para las que tendría un 50% más de tiempo, prolongar vacaciones y descanso, concretar cosas que sus tiempos actuales no le permiten, alcanzar algunos objetivos más en su vida y, por qué no, algunos sueños. Estos serían algunos cambios positivos que se me ocurren a prima facie. Es seguro que si lo pensamos un rato descubriremos muchos y más importantes. 
Le comentaba esto a Grau, el investigador que llegó al hallazgo que motiva esta nota, y le decía que empezara a prepararse para recibir el Nobel. Lejos de inflarse el pecho, me respondió: (mirando a los miembros de su equipo) "Será para los muchachos". 

2 comentarios:

  1. Apenas me arreglen la compu, reblogueo.

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  2. Para eso vas a tener que meter la mano en el bolsillo, ja ja... La verdad que merece toda la difusión posible, así, cuanto antes, se incluye en los alimentos. Que no se entere Macri porque va a subir la edad jubilatoria a los 100 años. Ah! hablando en serio, en la nota no dije que Grau viene investigando hace 30 años, o sea que esto es verdaderamente serio.

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