martes, 23 de junio de 2020

VICENTIN

https://m.youtube.com/watch?v=_CfBgPNrsKQ

IM PE CA BLE

Un gusto y un honor haber compartido micrófono con vos, Carlitos, en tu programa "Radiohistorias" de Radio Universidad de Rosario.

lunes, 22 de junio de 2020

LOS MISMOS

Son los que reverenciaron a Bernardino Rivadavia cuando inauguró la deuda externa con el préstamo otorgado por la Baring Brothers.
Ese presidente que antes de irse vendió el mobiliario (incluído el sillón) de la casa de gobierno, como si hubiese sido de su propiedad. El que se denomina sillón de Rivadavia es el sillón de Roca.
(Confundir lo público y lo privado - la política institucional con la política partidaria - no fue exclusividad del peronismo que, irrespetuosamente, ha metido a sus militantes a cantar la marchita acompañándose con el bombo en todo acto oficial de gobierno que se cruce. El insigne Bernardino ya se "confundía" en 1.827, vendiendo hasta las plantas de la casa de gobierno. Y quedándose con el producto de esa venta.)

Son los que aplaudieron al zorro Roca cuando, tras producir la matanza del desierto, le regaló 10 millones de hectáreas de campo a los miembros de la recientemente fundada Sociedad Rural Argentina, cuyo presidente y fundador era José Toribio Martínez de Hoz, bisabuelo de José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de economía del genocida Jorge Rafael Videla.

Son los que apoyaron a Marcelo Torcuato de Alvear (radical) en detrimento de Hipólito Yrigoyen (radical, "progresista avant la lettre").

Son los que nunca condenaron a la derecha aliada con los militares que en 1.955 bombardearon con sus aviones la plaza de mayo, masacrando civiles inocentes y desarmados, con un saldo (reconocido, y mucho menor al real) de 350 muertos. Total, eran cabecitas negras.

Son los que se alegraron cuando los montoneros se fueron de la plaza tras ser tratados de imberbes por un desagradecido Perón, que olvidó la importancia de la lucha para el retorno del líder, de la que montoneros fue parte, mientras, irónicamente, decía: "El mundo tiende al socialismo"...

Son los que el 24 de marzo de 1.976 aplaudieron. Los que, a los pocos meses, miraron para otro lado. Los que pusieron el rabo entre las piernas, juraron su odio al Che y a Silvio Rodríguez y en el 82 decían: "A mi los militares nunca me molestaron".

Son los que se iban a Miami durante la presidencia de Menem y traían dos televisores, tres cámaras fotográficas y cuatro tostadoras eléctricas, aprovechando el uno a uno, sin que les importara que el asalariado medio perdiera (en dólares) mas del 30% del poder adquisitivo, o que la Argentina viera esfumarse su patrimonio vía privatización de todo lo que el Atila riojano encontró a su paso.

Son los mismos que en 2.001 protestaban contra el corralito (y contra un presidente que habían votado) y gritaban: "Piquete y cacerola, la lucha es una sola" y, cuando Duhalde les devolvió parte de sus ahorros, se calmaron y los piqueteros volvieron a ser "esos negros de mierda que no me dejan pasear con mi auto".

Los mismos que apoyaron a Macri "con tal de sacarnos a la yegua de encima" pegándose un tiro en el pie y no reconociendo que el macrismo fue una banda de ladrones que integró el gobierno mas corrupto de la historia argentina (hasta ahora) con record de funcionarios procesados. Gobierno que bajó el presupuesto asignado a ciencia, a salud y a educación. Nada menos. Y (una vez mas) llevó al suelo el poder adquisitivo del asalariado.

Los mismos que no quieren ver que Vicentín nos viene metiendo la mano en el bolsillo a todos los argentinos desde hace 40 años cuando el entonces funcionario de economía, Domingo Cavallo, le perdonó (hizo que todos los argentinos le perdonásemos) una deuda de 2 millones de dólares que la empresa tenía con el Estado. Una bicoca al lado de los 18.000 millones que debe ahora.
Y ese no querer ver los lleva a hacer banderazos a favor de quien nos roba.
Es increible. Los mismos que le decían al Presidente que no fuera al acto en el monumento a la bandera para evitar posibilidades de contagio, van al monumento a la bandera, violando la cuarentena, cual esclavos fieles defendiendo a su amo. Pasan por la vereda del amo y eso les hace pensar que van a ser amigos. No entienden que el amo no se hace amigo del esclavo. Que nunca va a salir de su residencia, ni siquiera para saludarlos a lo lejos.
Hay que no entender nada! Ni querer entender. Son como los que no respetan los carteles de pare. Saben leer. Pero no leen. No quieren leer. Porque leer implica un compromiso con el prójimo.
Son malas personas. Y tienen pocas neuronas.

Se entiende. Sus amos son iguales de brutos. Son incapaces de diferenciar a un presidente timorato como Fernandez de un comunista.
Fernández!!!, incapaz de apelar el fallo de un ignoto juez al servicio de Vicentín, con un desconocimiento supino de nuestra Constitución.
Si Fernández es comunista, quien escribe estas líneas es Brad Pitt.
Pero es que son brutos como los animales, que al no entender nada se sienten atacados por cualquier cosa, confunden una sonrisa con alguien que les muestra los dientes para atacarlos, se asustan. Y, en consecuencia, atacan ellos primero. Ven comunistas por todas partes. Se asustan y atacan. Y ya lo dice el viejo acerto: "No hay nada peor que un burgués asustado".
Por si no lo sabían (los medios capitalistas lo callan) les informo que Vietnam, un pais con 95 millones de habitantes y 1.300 kilómetros de frontera con China, que fue donde surgió el coronavirus, tiene 349 casos de la enfermedad, y ningún muerto.
Ah!, olvidaba decir que el gobierno vietnamita entendió que a la economía la hacen los seres vivos y, por ende, cuidó la vida de sus habitantes. Trump, por suerte, no gobierna allí.
Vietnam tiene un gobierno comunista.
Y, ya que estamos informando, hace unos días, Venezuela terminó de construir (con todos los protocolos sanitarios, por supuesto) y empezó a entregar (en plena pandemia) 100.000 viviendas sociales. Allí tampoco gobierna Trump, ni Bolsonaro, ni Piñera...

Quiero ser Venezuela.

Quiero ser la comunista Vietnam.

Quiero un mundo mejor. En el que los mismos entiendan quien debe ser su aliado y quien es el enemigo.