martes, 31 de marzo de 2020

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE LA NACIÓN ARGENTINA

Sr.
Alberto Ángel Fernández:

Desde este humilde espacio de difusión de ideas, me dirijo a Ud. con la intención de aportar una mirada en la que creo estar acompañado por muchos argentinos, con el objetivo de poner a su consideración lo que podría ser una salida a la crisis social, económica, sanitaria, humanitaria y a su inevitable correlato político, causados por el COVID 19.
Su acertada postura de proteger la vida de los argentinos antes que la economía, lo que derivó en otras acertadas medidas y ha llevado a que buena parte del mundo pusiera sus ojos en la Argentina, está llegando a un punto crucial.
Esta pandemia no es algo que vaya a permanecer un mes en nuestro pais, por lo que el aislamiento obligatorio, cuya efectividad no está en discusión, deberá prorrogarse el tiempo que los expertos (en salud, no en economía) consideren apropiado.
Es cierto que deberían agregarse a las excepciones al cumplimiento de la cuarentena, personas cuyas actividades estén ligadas a las establecidas por el Decreto firmado oportunamente por usted. Talleres mecánicos para que puedan seguir circulando los vehículos autorizados a hacerlo, casas de repuestos que envíen los pedidos (que podrían hacerse por internet) a esos talleres. Tendrían que trabajar el ENARGAS y los talleres de G. N. C. autorizados, ya que no se puede dejar fuera de servicio a taxis, remises y trasporte de discapacitados por tener vencida la oblea que autoriza a las estaciones de servicio a efectuar la carga de combustible. También las empresas textiles que proveen tela para uniformes sanitarios y barbijos. Y poco mas.
Como algunas de las medidas complementarias, considero que el Gobierno Nacional deberá hacerse cargo de abonar el monto de los alquileres de todos los locales cuya actividad se vea suspendida a raiz de la cuarentena. Como así también, sería preciso pactar con las automotrices la suspensión del cobro de todss las cuotas de los vehículos 0 Km. vendidos por el sistema de plan de ahorro hasta que se normalice todo, especialmente, los suscriptos por personas que estén viendo reducidos sus ingresos a raiz de la cuarentena. Creo, obviamente, que habrá mas por hacer y será su leal saber y entender el que decida otras medidas dirigidas a evitar cargar las espaldas del pueblo argentino. 
Y, lo mas importante: Es necesario y urgente que cada familia reciba una suma mensual cuyo piso sea un salario mínimo, con un techo de dos salarios mínimos, dependiendo de los ingresos del grupo familiar y de su cantidad de integrantes. Obviamente, exceptuando a las familias que, por su condición socioeconómica, no lo necesiten.
Esto garantizará que todo desocupado, subocupado, trabajador en negro, pequeño emprendedor, etc. pueda superar la crisis sin pasar hambre, lo cual no es un detalle menor. 
Por otra parte, (y esto también es mportante) el Gobierno deberá abonar los salarios de los trabajadores que están inactivos a raiz de esta crisis (también con un tope de dos salarios mínimos) y compensar con una suma similar a los trabajadores que, aun desempeñando su labor, dependen de los ingresos de su actividad, por citar un ejemplo taxis y remises, cuyas recaudaciones mermaron un 80%.
Por supuesto, las sumas antedichas no debrían ser reintegradas.
Usted, Señor Presidente, es la única persona que puede hacer lo que hasta aquí se sugiere.
Usted es el único que puede ordenar emitir dinero a la Casa de Moneda.
Obviamente, se necesita audacia y coraje para ello.
Es sabido que la lógica capitalista estipula una determinada cantidad de circulante per cápita en cada país.
Es sabido que las insensibles reglas de mercado dicen que la emisión genera inflación.
Pero se puede intervenir desde el Gobierno para desarticular esas reglas.
Se puede emitir sin generar inflación, fijando precios únicos para todo.
Estoy seguro de que esa es la manera de lograr que todo el esfuerzo que venimos haciendo no se desvanezca a raiz de la presión que, para que se levante la cuarentena, ejercen desde el establishment ecomómico y mediático, a quienes les agradaría ser gobernados por irresponsables e inescrupulosos como Trump o Bolsonaro, a los que la muerte de sus compatriotas les importa menos que los números de la economía.
Creo que el 80% de los argentinos apoyaríamos medidas como estas. Y estaríamos orgullosos de que no se deje torcer el brazo.
Se puede, por esta vez, dada la grave situación que nos ha impuesto el COVID 19, salirse de la lógica de mercado, la que, por otra parte, siempre trae aparejada la especulación. No es tiempo de especulaciones.
Ya habrá tiempo para el libre mercado.
Y, tal vez, aprendamos que, cuando el mercado es libre, el ser humano es esclavo.

Atentamente: 
                          Ricardo Aricó. Periodista.
                          D. N. I. Nro.: 12.525.426.