sábado, 11 de diciembre de 2021

MUERTE Y LIBERTAD

 Una gran mayoría de la gente suele confundirse a menudo respecto a los alcances de la democracia. Por supuesto, esto no es casual. Por el contrario, esta equivocación está inducida por aquellos que, desde el llano, intentan erosionar y debilitar al gobierno de turno para imponer sus ideas a pesar de ser minoría. Justamente, todo lo contrario a la democracia.

Entremos en tema: Si un Gobierno electo democráticamente fija pautas a la sociedad a través de Decretos ajustados a derecho y protocolo, o a través de Leyes, transformadas en tales por el Poder Legislativo, estas pautas no son optativas. Por ende, quien no las cumpla, estará delinquiendo y será penado por ello. Sin embargo, están surgiendo tendencias políticas en todo el mundo, por ahora minoritarias, que pretenden, con el pretexto de una supuesta libertad, que las normas sean optativas o que, lisa y llanamente, no existan. Esto, que antaño era una pretensión del anarquismo, aunque con fines muy distintos a los de esta tendencia económicamente nazi, hoy es vendido por el establishment como lo anti sistémico (expresión que cae bien) aunque es lo mas sistémico que se conoce, o como rebelde, cuando no hay nada mas conservador.

Porque si la rebeldía consiste en no pagar impuestos, esta es la rebeldía de los ricos que se resisten a aportar un pequeño porcentaje de las exuberantes ganancias que el capitalismo les permite acumular para que los pobres no sean tan pobres. Y lo peor es que convencen a los pobres de las bondades de su propuesta afirmando que van a poder comprar un pantalón mas barato porque no habrá impuestos que mantengan a los negros de mierda piqueteros. Como los impuestos son "impuestos" por el Gobierno, con la bandera de la libertad, se oponen argumentando que nadie debe imponer nada.

Lo mismo sucedió y sucede con lo mas grave que nos ocurrió a los humanos en estos últimos dos años y, tal vez, en toda nuestra historia. Obvio, me refiero a la pandemia de coronavirus. Esa máquina de hacer ricos cada vez mas ricos y fabricar cada día mas pobres que cada vez son mas pobres, conocida como capitalismo, no puede detenerse ante nada. Las barbaridades que se les escuchó decir a Presidentes de los principales países de América (Trump: "Algunos tendrán que morir", Bolsonaro: "El virus es una gripecinha") no solo dan cuenta de la hijaputez de estos nefastos personajes. Son un claro ejemplo de lo que se afirma en este mismo párrafo líneas arriba. A la maquinaria del capitalismo no se le canta detenerse ante nada. Ni siquiera ante la muerte. Para los que dominan el mundo, es mas importante seguir ganando dinero que cualquier otra cosa y lo hacen a cualquier costo, aunque ese costo sea poner en riesgo su propia vida. Así lo han demostrado infinidad de veces contaminando, propiciando guerras, generando golpes de Estado, atropellándolo todo y, ahora, ninguneando la pandemia de un modo que da asco, utilizando cómplices pagos en la prensa, en el ámbito social a traves de influencers de toda laya, y hasta en el ámbito científico, con irresponsables que salen a hablar escudados en alguna matrícula médica vaya uno a saber de que especialidad, que afirman que las vacunas, la cuarentena, el distanciamiento social y los barbijos no sirven y, para colmo, estos auténticos terraplanistas, idiotas útiles del establishment, son escuchados por mucha gente que cree estar defendiendo la libertad cuando no quiere vacunarse y lo que está haciendo es defender los intereses de los poderosos cuya única intención es que no se detenga ni se rallente la actividad económica que los enriquece, aunque muera gente por esa causa. Parece no entenderse que el primero de los derechos humanos es el derecho a la vida y mas tarde viene el derecho a la libertad. Parece no entenderse, aunque sea esta una verdad de perogrullo, que la libertad no puede ejercerse dentro de un cajón enterado en un cementerio. 

Pero esto no es todo. Hay algo mas grave aun. Los Gobiernos, que deciden sus actos por la opinión pública y por la opinión publicada, no toman las medidas que deberían tomar ya que, lamentablemente, están pensando en las elecciones y nada mas que en las elecciones. 

El coronavirus se contagia a menos de dos metros de distancia. Wuhan, China, está un poquito mas lejos que eso de la Argentina. ¿Qué debió hacerse para evitar que el virus ingresara al país? Muuuuuuuuy fácil!!! Poner un centro de aislamiento en cada uno de los pasos fronterizos del país, incluídos los aeropuertos internacionales, por supuesto, aislar durante 14 días a todo el que ingrese, argentino o extranjero, sanitizar toda mercancía importada y punto. ¿Antipática la medida? Si. ¿Efectiva? También. No se hizo. El pánico del Gobierno por no ser considerado autoritario fue (y sigue siendo) mayúsculo. De haber procedido de esa forma en las fronteras, habríamos hecho vida normal en todo el territorio nacional, prácticamente no se hubiese detenido la economía y, lo mas importante, nos habríamos ahorrado mas de cienmil muertes.

Pero no. La blandura de los Gobiernos no tiene límite. Se permitieron marchas anticuarentena en plena pandemia y nadie hizo nada para impedirlo. Claro, el Presidente estaba ocupado organizando el velorio de Maradona y festejando el cumpleaños de su "querida Fabiola". Resulta que por ese miedo a parecer autoritario, no se dispuso la vacunación obligatoria, que habría sido lo mas acertado y que estaba respaldada por las leyes y hasta por nuestra propia Constitución. Y ahora, que ante la tercera ola que estamos transitando merced a la variante Delta, (a la que en breve se sumará la Ómicron, ya presente en el País) se quiere implementar tímidamente un pasaporte sanitario, tenemos que volver a soportar a los terraplanistas manifestándose, a los que no solo no les importa contagiarse sino que, por supuesto, tampoco les importa contagiar y matar a otros.

Y esa blandura del.Gobierno se manifiesta en todos los niveles. Nacional, provincial y municipal. Por ejemplo, en la ciudad de Rosario, (la cito porque la mayoría de los colectivos urbanos rosarinos son municipales por lo que la responsabilidad de la municipalidad sobre lo que ocurra en su interior es mayor) nadie nunca le dio instrucciones a los choferes para que estos le indiquen a la gente que deben permanecer con nariz y boca tapados por el barbijo. Entonces, la irresponsabilidad y la inconducta social de la gente hacen que un 25% de los pasajeros o mas, no respete al otro y, muchas veces, cuando se le solicita que se cubra, no lo hace, lo que origina reyertas de toda índole mientras el chofer, generalmente, permanece impasible. Obviamente, el Intendente prefiere no renegar antes que hacer las cosas bien. Y esto es imitado por los choferes de las empresas municipales.

Y, volviendo al plano nacional, se siguen cometiendo los mismos errores. Hace unos pocos días, mas de un funcionario con veleidades de profeta, soltó: "La variante Ómicron pronto va a llegar a la Argentina". ¡¡¡Chocolate por la noticia!!! Si el Gobierno no toma la decisión de cerrar la frontera y de aislar, en un hospital de frontera, (no en la casa del que ingresa) por 14 días a todos los que arriban al país, no sólo van a ingresar, como ingresaron, las variantes Delta y Ómicron, si no, todas las que aun no existen. Y no lo va a hacer, como no lo hizo antes del primer caso de coronavirus en el país. Parece que el costo político de una medida como esa es mas importante que salvar vidas. Así que seguiremos penando, contagiándonos, muriendo, sufriendo crisis económicas, hasta el momento que el virus (que es quien gobierna, ya que no los Presidentes capitalistas del mundo) lo decida. Y lo que es peor, ya hablando de nuestro país, a pesar de la mesura (o tibieza) presidencial y del pánico por no aparecer como autoritario, el riesgo de que vuelva (fortificada) la derecha (con la colaboración de los payasos libertarios) para agudizar esa obra maestra del terror ejecutada por el ex presidente de Boca, es enorme.

 

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