"SI HAY HUELGA NO HAY QUE PAGAR LOS SUELDOS". CRISTIANO RATTAZZI EN SU BURBUJA

Aquel rubiecito pintoresco que a finales de los años 60 y a comienzos de los 70 corría en categorías de turismo en nuestro país con un Fiat y hablaba en un castellano bastante precario, impregnado de acento italiano, que hasta llegó a ganar alguna carrera, a pesar de no ser de los mejores pilotos de la época, era (y es) bisnieto del "capo di tuti capi" de Italia, del fundador de la Fiat, nada menos. Este señor (aquel simpático rubiecito) es hijo de Susana Agnelli, que a su vez era hija de Eduardo Agnelli y Virginia Bourbón del Monte, y nieta de Giovanni, el fundador de Fiat. Susanna Agnelli, conocida como "Suni", se casó en 1945 con el conde Urbano Rattazzi, con quien tuvieron seis hijos.

Susanna era la hermana menor de Giovanni "Gianni" Agnelli, presidente honorario de Fiat hasta su muerte, en 2003, y cuyo estilo de negocios convirtió a su familia en un símbolo en Italia. 

En 1975 "Suni" publicó una autobiografía (Vestíamos de marinero) que contaba cómo había sido su infancia en la familia más poderosa del país. 

El 15 de mayo de 2009, a los 87 años, Suni falleció en Roma.

Uno de los hijos que tuvo con el conde Rattazzi, aquel simpático rubiecito, Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat Chrysler Automóviles Argentina, amigo del Presidente de la Argentina, aseguró hace un par de días que con las medidas tomadas por el actual Gobierno, el país pasa por una etapa de reactivación de su economía en la que algunos van a sufrir y otros van a crecer, pero que "la única regla que hay que mantener siempre es que si hay huelga, no hay que pagar los sueldos".

Este otrora simpático rubiecito, habitante de una burbuja que comparte con un selecto grupo al que no entra un solo pobre ni un solo trabajador, no solo no aprendió aun a hablar castellano con claridad (a pesar de los años que lleva en Argentina) sino que tampoco aprendió las leyes de nuestro país. Hay que informarle que en Argentina los días de huelga no se pagan si esta es declarada ilegal en la justicia, si no, deben pagarse. Pero, por supuesto, ¿qué otra cosa se podía esperar de alguien con la "prosapia" de Rattazzi?

Qué cosa el dinero! Qué cosa el capitalismo! Con que facilidad nos engaña a todos. Con que facilidad nos hizo ver como un simpático rubiecito a tan tremendo hijo de puta.