jueves, 31 de diciembre de 2020

QUE EL AÑO NUEVO DE 2.O22 NOS ENCUENTRE SIN BARBIJOS!!!

 Uno siempre se tienta a hacer balances los fines de año. 

Pero, me voy a resistir a esa costumbre bancaria, aunque trataré de reflexionar sobre el hecho mas importante del año para el planeta todo.

Obviamente, hablo del coronavirus.

El Covid 19 nos confirmó que nunca, ni siquiera en el peor de los escenarios, se van a dejar de lado los odios, los prejuicios o, simplemente, "la grieta", fogoneada por quienes adoran el poder, aunque esta grieta se haya cobrado vidas en el marco de la pandemia.

Es difícil que la gente comprenda que hay un motivo fundamentalmente importante que ha llevado a algunos países a que el Covid casi no los castigue. Y, justamente, se trata de países en los que no hay lucha de clases, como diría Carlos Marx, o grieta, como lo rebautizara Clarín.

China, 160 millones de habitantes, epicentro de la pandemia: 87.000 casos. 4.600 muertes.

Cuba, bloqueada comercial, política, militar y socialmente, 11 millones 300 mil habitantes: 11.800 casos. 146 muertes.

Vietnam, 1.300 kms. de frontera con China, casi 99 millones de habitantes: 1.400 casos. 35 muertes.

Venezuela, bloqueada, sancionada, con fondos incautados en el extranjero, con dos Presidentes, 28 millones 400 mil habitantes: 113.000 casos. 1.025 muertes.

¿Cuál es el denominador común en estos países?: No hay capitalismo, o casi. O sea, el capital (el dinero) si bien no deja de ser importante, ocupa un segundo plano, detras de la vida. Así de sencillo.

Ellos no tienen ex presidentes perversos que, estando en Francia, digan: "Acá se respira libertad", comparando maliciosamente ese país con el propio, cuando Francia salía de la primera ola del virus y su país sufría el alza de esa primera ola, obligando a quedarse en casa y extremar los cuidados. Ex Presidentes que no digan nada cuando en Francia, por la segunda ola, llegó el toque de queda. Ex Presidentes que fogoneen marchas anticuarentena, o antivacuna o, sencillamente, anti todo.

Pero, peor aun, ellos (y casi ningún país del mundo, salvo contadas exepciones, como la poco concurrida quema de barbijos en Berlin) no tienen millones de tontos que apoyen con su concurrencia o con su discurso, esas marchas antitodo.

Y tampoco tienen un Presidente que no se anime a emitir suficiente moneda para compensar el stop de la economía. No tienen un Presidente al que la oposición vernácula y el stablishment económico global le tuerzan el brazo y lo obliguen a suavizar el aislamiento social, aunque esto traiga mas muertes. No tienen un Presidente que flexibilice las medidas restrictivas en base a las camas de terapia intensiva disponibles. 

Ciertamente, hubiese sido mejor si no disponíamos de camas de terapia intensiva, ya que, si la idea era no pagar el costo político de tener que elegir a quien salvar y a quien dejar morir, como en algún momento sucedió en Estados Unidos, España o Italia, se habrían tomado las medidas restrictivas necesarias para evitar muertes.

Nuevamente digo "peor aun", nosotros tenemos millones de ciegos que, sólo por apoyar a un color político (o por repudiar a otro color político) no son capaces de reconocer lo que se hizo mal y justifican todo sin fundamento serio alguno.

Borges sabía decir "Los peronistas no son buenos ni malos, son incorregibles". Despojándonos de toda inclinación político-partidaria pero, observando la realidad, bien podríamos decir: "Los argentinos no son buenos ni malos, son incorregibles".

Mi única esperanza es que, ojalá mas temprano que tarde, se produzca un crecimiento intelectual individual y colectivo en Argentina y en el mundo, que permita comprender las cuestiones de fondo que nos llevan a tanto desastre. Y una de esas cuestiones de fondo (la mas importante a mi juicio) se llama capitalismo. Un sistema que debería estar perimido hace años, debido a su fracaso, que es estructural y no por su implementación. Un sistema que permite y prohija que el patrimonio de las 8 personas mas ricas de la tierra sea igual al de los 3.600 millones (medio planeta) mas pobre. Un sistema que permite que los obscenos despilfarros en guerra sean mas que lo que haría falta para que no muera nadie de desnutrición. Un sistema que gasta en seguridad mas que en educación. Un sistema que, ante la pandemia, privielegió la economía a la vida, sin entender en su ceguera que a la economía la hacen los seres vivos.

Podría seguir un buen rato pero quiero tener tiempo para descorchar la sidra y, en ese momento, expresar mi deseo, que es el siguiente: Ojalá el raciocinio le gane al egoísmo y al individualismo y, a pesar de todo, ojalá el próximo fin de año, para el que faltan 365 días, (ya que este no) nos encuentre unidos y sin barbijo. Y, por último, ojalá que el año próximo en lugar de contar 83 millones de contagiados de coronavirus, contemos 83 millones de contagiados de solidaridad y de amantes de la igualdad y la justicia social.



2 comentarios:

  1. No tengo seguridad de los números, me gana la desconfianza producto de la experiencia.
    Cada cual lleva agua para su molino según le convenga; si garpa que sean poco o que sean muchos.
    Y aclaro, cómo están las cosas es una obligación desconfiar.

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  2. Tenés razón en desconfiar. Yo no fui casa por casa por el mundo para corroborar datos y es cierto que siempre se manipula la información, en todos los ámbitos.
    Lo único que puedo decir en defensa de lo publicado, es que los datos los cotejé entre los que difunde cada pais, y lod que publican medios intrrnacionales, la O. M. S. y la O. N. G. Wordometer, que es seria. Con pequeñísimas diferencias, las cifras son coincidentes.
    Y no es de extrañar que los países no capitalistas hayan abordado el tema Covid de una mejor forma que los capitalistas, para los que la economía está por encima del ser humano.

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