lunes, 27 de junio de 2016

MACRI, NO TE CREO NADA

TODO TEATRO
El beso de Macri y Juliana del debate presidencial fue ensayado
El beso más famoso que Juliana le dio a Mauricio, el que le valió el último empujón antes de las elecciones y lo ayudó a ganar el debate presidencial, el que se convirtió en la imagen más repetida de la propaganda del PRO y hasta en materia de análisis para los medios, ese beso, en realidad, no fue lo que pareció. No nació como algo espontáneo. Fue planificado, meditado, fríamente calculado. Y fue Juliana quien lo propuso. Desde el amor, eso sí. Me lo confirmó el hombre detrás de esa escenificación, Jaime Durán Barba, el principal consultor del PRO. El gurú ecuatoriano me dijo: –Fue idea de ella y salió muy bien. Claro, lo preparamos un poco.
El domingo 15 de noviembre de 2015, una semana antes del definitivo ballottage, Macri y su contrincante tenían que verse las caras en el primer debate entre los principales candidatos a la Presidencia que se organizaba desde el regreso de la democracia.
Durán Barba, su socio Santiago Nieto y el discreto Marcos Peña, hoy jefe de Gabinete, estaban entrenando al candidato. Le hacían las preguntas que no debían sorprenderlo, fingían las provocaciones que podía lanzarle Daniel Scioli, ensayaban la postura corporal que había que mostrar en público, practicaban las inflexiones de la voz, el movimiento de las manos y la gestualidad de su rostro.
Aquello se trataba de un intensivo media coaching, como lo llaman los expertos para darse aires de políglotas.
Juliana había ido a los ensayos de su marido y observaba su evolución.
Y Durán Barba la observaba a ella.
Después de discutirlo con Marcos Peña y su equipo, el ecuatoriano se acercó a la esposa de Macri: –¿Y tú qué quisieras hacer en el final del debate?
–La verdad, a mí me gustaría darle un beso a mi marido. Es lo que siento.
–Pues haz eso –aprobó–. Me parece genial.
Los demás coincidieron. Macri, más que ninguno.
Quedaban unos días de ensayo, más que suficientes.
Además, podían practicar en casa.

El momento de Juliana.
Cuando el debate se dio por terminado, la hechicera subió decidida al escenario. Macri la recibió con el brazo extendido y ella fue directo a darle el beso. Juliana pareció partirle la boca a su marido por la vehemente pasión con que lo buscó. Las cámaras y los 53 puntos de rating se quedaron con ellos. A su lado, Scioli observaba la escena sin entender, con expresión desencajada, mientras le daba la espalda a la demorada Rabolini. El contraste fue patente. El candidato K saludó primero a su adversario y a Juliana antes de percatarse de que su mujer también estaba sobre el escenario.
La barra del PRO deliraba.
La imagen, repetida a mansalva en los medios, se convirtió en el mejor resumen de lo que había dejado el debate. Un candidato optimista y enamorado contra otro que no podía disimular su impotencia.

FRAGMENTO DE LA LETRA DE LA CANCIÓN
NO TE CREO NADA
DE IGNACIO COPANI


Político de cuatro caras
muy hábil para parlotear,
acá no hacen falta palabras
ni buenas campañas, acá falta el pan.
No te creo nada, tu risa es más falsa
que ropa de marca comprada en Taiwán.
No te creo nada, no te creo nada,
no te creo nada...

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