miércoles, 26 de abril de 2017

TRASPARENCIA

Decir "Los tiempos cambian" es decir una obviedad pero, en el marco del razonamiento que desarrollaré a continuación, se me ocurre necesaria.
Y, para ejemplificar, resumo una anécdota (real) de hace algunos años.
Por los 80, en medio de hechos delictivos, aprietes, tiros, etc., en el marco de lo que dio en llamarse "La guerra del pan", con epicentro en Buenos Aires y correlato en Rosario, yo abría una sucursal de panadería en el centro de Rosario. (vaya puntería). No había modo de sacarle a nadie los datos sobre el precio mayorista del pan. Y los vehículos proveedores no tenían dirección a la vista.
Armé una carpeta, fingí ser viajante de la panificadora "La espiga de Oro", de Bell Ville, Córdoba (inexistente) y charlando con los potenciales clientes de la panificadora conseguí los datos que necesitaba. Con ellos fuí a los proveedores. Me preguntaron como había llegado a ellos, les dije que un primo que tenía negocio me había dado la información de modo confidencial y, finalmente, logré abrir mi sucursal con precio barato.
Me fundí antes del año, pero por otras razones. Eso es otra historia. Tenía que seguir con el periodismo...
Hoy no podría suceder algo así. Las redes sociales, los modos de venta, todo,... todo cambió.
Se hace más dificil el engaño. No digo que no se pueda pero es muy dificultoso. Hoy se sabe todo.
Entonces, en estos tiempos en que tener una cuenta en Suiza, en Panamá, en las Islas Vírgenes, o en cualquier paraíso fiscal es posible pero no puede ocultarse, muchos políticos (especialmente los que están en el poder desde diciembre de 2.015) nos venden, como un valor supremo, LA TRASPARENCIA.
Ciertamente, la trasparencia, como estoy tratando de decirlo desde que empecé estas líneas, es algo inevitable hoy.
Cada día lleva menos tiempo descubrir una mentira, por lo que la trasparencia no es demasiado mérito.
Por otra parte, alguien puede ser delincuente y admitirlo (o sea que es trasparente) pero esto no lo hace dejar de ser delincuente.
Se puede tener una cuenta off shore en Panamá y declararla "casualmente" justo antes de que otros la descubran. Así el hecho pasará a ser trasparente. La cuestión es que esa persona "trasparente" es un evasor. Y un evasor es alguien que no paga los impuestos que le corresponde pagar. Y los impuestos se utilizan para hacer viviendas para quienes las necesitan, pavimento para que transiten las ambulancias, ayuda para víctimas de catástrofes, etc.
O sea: Un evasor que no oculta su evasion es UN TRASPARENTE HIJO DE PUTA.
Ni hablar si es Presidente de la Nación.
Resumiendo: A un político que llega a lo más alto no le pido trasparencia. Le pido sensibilidad social, talento, cultura, formación, sabiduría, idoneidad, capacidad de anticipación, (virtud de estadista) cosmovisión, entre otras cosas.
Y prefiero pedirle, en lugar de trasparencia, HONESTIDAD.

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